Me gusta mi nombre porque tú lo dices
es como si lo besaras letra por letra
y aspirases el silencio existente
entre cada una de ellas,
al arroparlas con tu aliento
y los destellos del sol de tu voz.
Tal vez fue la forma en que me viste
la manera como lo dijiste,
parece que lo rezas
de pensamiento palabra y obra
palomas en tu boca
Dios cuando lo nombras.
También es lindo cuando lo callas
lo haces oír de mil maneras
en sueños cuando duermo
y en vigilia cuando sueño.
Dilo mil veces
el aire es cómplice tuyo
ósculo de un eco
rayo hecho flor.
Desde entonces
ya no es el mismo
es diferente
pero idéntico
a como se oye
mi nueva fe de bautismo